2 abr 2011

Psicología Inversa Para Venezolanos…



¿Qué tan factible seria invertir el semáforo, para eliminar el apetito que provoca la tan tentadora luz roja que nos obliga a comerla sin importar absolutamente nada? Me explico; si la luz roja significase a partir de ahora AVANCE y la luz verde DETENGASE ¿seriamos capaces de contener el diabólico impulso de comernos la luz?
Que emocionante es ver a todos estos galgos del asfalto, contemplando segundo a segundo el semáforo rodeados de atrevidos peatones que pretenden atravesar la pista, todos esperando el momento de hundir el acelerador y continuar la búsqueda de otro semáforo para repetir la faena. Es impresiónate la adrenalina que se palpa entre los protagonistas de una luz roja de semáforo, y más impresionante aun, es que de un país de tantos rápidos y furiosos solo un personaje ha medianamente destacado en el automovilismo como deporte y sea mujer (no es necesario detallar la fama de las féminas al volante) cuando entre ellas mismas exclaman “¡mujer tenía que ser!” a modo de insulto en avenidas y graciosamente en estacionamientos.

Otro ejemplo: si lográramos invertimos el significado de HALE y EMPUJE ¿nos tomaríamos la molestia de abrir la puerta al lado que corresponde? ¿O será que está mal escrito?, acaso ¿hay que difundir el significado de HALE? uno lo que hace es JALAR o JALA´. Sea como sea nunca lo acertamos a la primera, ¿será culpa de los arquitectos del mundo? que no estandarizan la forma de entrar y salir de cualquier sitio (¿hay que organizar una marcha para esto?).
Sin embargo la psicología inversa en Venezuela (según extensos estudios, no lo invento yo) se ve reflejada en el padre que saca su cigarrillo de la boca para gritarle a su hijo “ni se te ocurra fumar algún día, es malo” o “¡no digas groserías coño!” por lo que se evidencia que la psicología inversa tampoco nos puede ayudar.
El venezolano definitivamente es muy tropical, como los ejemplos anteriores día a día vemos muchos más; hay un accidente en alguno de los sentidos de la autopista, hacemos cola de ambos lados ¡pa´ ver el choque!, 12 taquillas en un banco, pero solo dos cajeros. Sin importar las molestias que todo esto ocasiona siempre lo hacemos, decimos que somos una ciudad pero es increíble lo cómodo que viviríamos en piedradura.
Es muy importante darnos cuenta que las mejoras que buscamos deben iniciar en nosotros mismos. Todos de una manera u otra en algún momento nos convertimos en prestadores de un servicio, a nuestras familias, amigos, compañeros, clientes, empleadores y empleados, hasta al señor de atrás en la carretera quien practica en su mente como degollarnos, ya que vamos en el canal derecho y estrepitosamente queremos ir al izquierdo atravesando dos canales dado que está inmediata la salida que nos corresponde (aunque desde que salimos de la casa sabemos a dónde vamos). Lo importante de prestar un servicio es hacerlo bien, ya sea tu trabajo o en la vida diaria tenemos que obligarnos a cumplir con la tarea de ser buenas personas y así un día alcanzar vivir en mejores condiciones.
P I P O.

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